Ejercitarse durante la mañana es una excelente manera de comenzar el día. Si bien hay algunas personas que abren los ojos completamente despiertas y listas para enfrentar su mañana, para muchas otras levantarse de la cama es una batalla constante. Y si no eres alguien que disfrute despabilarse temprano, levantarse antes de que salga el sol para ir al gimnasio o salir a correr puede parecer casi imposible.
¡Pero no tiene que ser así! Con pequeños cambios, cualquiera puede hacer del ejercicio matutino un hábito, incluso si no eres una persona madrugadora.
¿POR QUÉ EN LA MAÑANA?
Hacer ejercicio por la mañana tiene muchos beneficios, entre los cuales se incluye que cuanto más temprano te ejercites, es más probable que no faltes a tu sesión de actividad física. A medida que avanza el día, puede ser fácil encontrar excusas para saltarte un entrenamiento. “Puede que estés cansado al final del día, o que el día se alargue porque las cosas suceden y de repente no tienes tiempo para ejercitarte”, dice Harley Pasternak, entrenador de celebridades y embajador de Fitbit. “Y es una excusa para que no lo hagas a veces, cuando lo dejas hasta el final del día”.
Sin embargo, si programas tu entrenamiento para la primera hora de la mañana, lo harás antes de encontrarte con cualquier obstáculo durante el día (como un día largo en el trabajo o planes espontáneos con los amigos) que puede evitar que hagas ejercicio. “Si tienes un horario muy ocupado, no hay excusa (para saltarte un entrenamiento) si cuidas tu estado físico antes de que inicie el día”, señala Pasternak.
Y el ejercicio matutino no solo te ayuda a seguir con tu plan de entrenamiento, también aumenta la energía y concentración, además de mejorar el estado de ánimo. Todo esto es necesario para tener una vida más feliz, saludable y un día exitoso.
CONSEJOS PARA LEVANTARTE Y EJERCITARTE
Claramente, existen ciertos beneficios importantes al realizar los entrenamientos por la mañana. Pero si te cuesta ponerte en marcha a temprana hora, ¿cómo puedes hacer del ejercicio matutino un hábito?
Practica una buena higiene del sueño. Ejercitarse con éxito por la mañana en realidad comienza la noche anterior. “Trabajar en la cantidad y calidad del sueño ayudará”, afirma Pasternak.
Si deseas que los entrenamientos matutinos sean un hábito, también debes hacer que la buena higiene del sueño sea una costumbre. Guarda el teléfono celular, la tableta, la computadora portátil y otros dispositivos electrónicos al menos una hora antes de acostarte (la luz emitida por las pantallas suprime la producción de melatonina, conocida como la hormona del sueño). Trata de ir a descansar más temprano para asegurarte de dormir al menos ocho horas. Mientras más sueño de alta calidad tengas durante noche, más fácil será levantarse cada mañana, atarse los tenis y hacer ejercicio.
Planifica con anticipación. El mejor momento para programar tu entrenamiento matutino no es cuando suena la alarma. Si deseas que el ejercicio sea una parte regular de tu rutina matutina, debes planear con anticipación. “Tienes que saber: ¿Cuál es mi plan? ¿Cuántos días de la semana voy a estar activo?”, explica Pasternak. “¿Haré ejercicio de resistencia todos los días? Si es así, ¿cómo voy a dividir las partes de mi cuerpo? ¿Caminaré todas las mañanas? Si es así, ¿cuántos pasos y cómo construir sobre eso?”.
Planear de antemano cómo, dónde y cuándo harás ejercicio te dará menos en qué pensar por la mañana, lo cual hará que sea más fácil levantarse de la cama y comenzar tu entrenamiento.
Haz que sea lo más fácil posible. Tener lista tu ropa de entrenamiento la noche anterior también es un buen consejo para no perder el tiempo. El punto es que, si ya te resulta difícil despertarte y hacer ejercicio de inmediato, debes eliminar tantos otros desafíos como sea posible para que se vuelva un hábito.
Empieza poco a poco. Es posible que sientas la tentación de ser ambicioso con tus entrenamientos matutinos. Pero si no tienes el hábito de hacerlo por la mañana, despertarse para correr o levantar pesas durante una hora puede ser abrumador y es más probable que apagues la alarma y vuelvas a dormir. “Asegúrate de que no sea una desviación demasiado significativa de lo que estás realizando actualmente”, recomienda Pasternak. “Entonces, si eres sedentario, no te digas: ‘Voy a tomar clase de spinning cinco mañanas a la semana’”.
En cambio, inicia con algo pequeño. Por ejemplo, si recién comienzas a hacer ejercicio por la mañana, quizás empieces levantándose y haciendo movimientos de caminata unos días a la semana. Luego, una vez que hayas establecido ese hábito, aumenta el ritmo a un trote. Y cuando trotes regularmente algunas mañanas a la semana, incrementa lentamente tu kilometraje hasta que te despiertes y corras unos pocos kilómetros seguidos.
Los hábitos tardan en formarse. Con el ejercicio de la mañana, si intentas hacer demasiado, muy rápido, puedes quemarte. Así que comienza con poco y avanza hacia rutinas más intensas.
*Este artículo no pretende sustituir el consejo médico informado. No debes usar esta información para diagnosticar o tratar un problema de salud o condición. Siempre consulta con tu doctor antes de cambiar una dieta, alterar tus hábitos de sueño, tomar suplementos o comenzar una nueva rutina de ejercicios.