Muchos de nosotros estamos confinados en nuestros hogares, tratando de encontrar formas de mantener nuestro cuerpo y mente fuertes y saludables. El lavado de manos, la buena higiene y el ejercicio sin duda son muy útiles para reducir el riesgo de enfermarnos pero, ¿qué pasa con nuestra dieta? Algunas investigaciones han demostrado que una dieta saludable y buenos hábitos en nuestro estilo de vida pueden ayudar a estimular las defensas naturales del cuerpo y del sistema inmunológico.
“Una dieta saludable contribuye a un sistema inmunológico sano, porque ayuda a equilibrar la activación inmunológica”, dice el Dr. John Wherry, PhD, director del Instituto de Inmunología de la Universidad de Pennsylvania. “Una buena dieta contiene bajas cantidades de productos de origen animal, incluyendo carnes rojas, carnes procesadas y bajas cantidades de alimentos procesados en general”. Esto quiere decir que una dieta adecuada debe incluir muchas frutas, verduras, grasas saludables y fibra.
Existen cinco alimentos conocidos por su potencial de estimulación inmunológica:
Frutas cítricas

Muchas personas recurren a la vitamina C ante los primeros signos de un resfriado;esto se debe a que la vitamina C ayuda al sistema inmunitario a funcionar correctamente. Algunos estudios muestran que incluso podría ayudar a aliviar los síntomas y reducir la duración de un resfriado común. Para aumentar tu consumo de vitamina C, puedes recurrir a las frutas cítricas como naranjas y toronjas, pero también es posible encontrarla en alimentos como los pimientos rojos, el kiwi y las fresas.
Vegetales verdes

El brócoli y las coles de Bruselas son conocidas como potencias nutricionales, ya que son una excelente fuente de vitaminas, minerales, fibra y antioxidantes para tu alimentación diaria. Pocos lo saben, pero, al igual que las frutas cítricas, contienen una importante carga de vitamina C.
Ajo

Este ingrediente es ampliamente utilizado en todo tipo de comidas y sus compuestos pueden ayudar al sistema inmunitario a combatir los gérmenes. ¿Cómo? El ajo entero fresco contiene aliina, que se convierte en alicina cuando el ajo se machaca o mastica. La alicina es una molécula con propiedades antibacterianas y antivirales.
Los investigadores realizaron un estudio de 12 semanas en el que descubrieron que un suplemento diario de ajo ayudó a reducir la cantidad de síntomas del resfriado en un 63% en su grupo activo, en comparación con su grupo placebo. Estos beneficios puedes obtenerlos también al comer cebolla, puerros y chalotes, que forman parte de la misma familia allium. Estas verduras también proporcionan fibra prebiótica, lo que garantiza un intestino feliz, esencial para un sistema inmunológico saludable.
Jengibre
Conocido como un “superalimento”, el jengibre es una de las especias más saludables de la tierra. Su sabor único proviene de sus aceites naturales, siendo el gingerol el más importante de éstos. El gingerol es la sustancia bioactiva en el jengibre responsable de gran parte de sus propiedades medicinales, incluidos los antimicrobianos y la protección respiratoria, así como de sus efectos antiinflamatorios y antioxidantes.
Almendras

Una de las nueces de árbol más populares del mundo, la almendra, ha demostrado ser prometedora para aumentar la inmunidad. Estas nueces están llenas de antioxidantes, en particular de vitamina E, que estimula el sistema inmunológico y ayuda a combatir las bacterias y los virus que invaden nuestro cuerpo. Además, las almendras contienen fibra, proteína vegetal y hierro, esenciales para fortalecer el sistema inmunitario.
La variedad es clave para lograr una nutrición adecuada. Comer sólo uno de estos alimentos de manera constante no combatirá la gripe. “Esta idea pretende promover la obtención adecuada de fibra y otros nutrientes”, dice Wherry. “Especialmente si uno se apega a una dieta de productos animales mínimos, querrá incluir algo de pescado, frutas, verduras, granos integrales y grasas saludables”.
*Este artículo no pretende sustituir el consejo médico informado. No debes usar esta información para diagnosticar o tratar un problema de salud o condición. Siempre consulta con tu doctor antes de cambiar una dieta, alterar tus hábitos de sueño, tomar suplementos o comenzar una nueva rutina de ejercicios.